Los glúteos han salido a la luz. Son un punto de atracción y seducción. Un hombre tiene que saber comprar un jean que le asiente, que le marque las curvas, que tenga un buen corte posterior. Tiene que saber lucir lo que tiene, si lo tiene. Y cuando no, saberse adecuar a las insuficiencias.Ciertamente unos, persisten en usar los pantalones caídos, con el fondillo por las rodillas, chorreados, al estilo Cantinflas. Son estilos y modos del mal vestir también. Allá ellos. Se les respeta, claro, pero nada como un trasero bien mostrado. Es como un cielo despejado que ayuda a la inspiración.Vamos descubriéndonos y acomodándonos, en gustos y raciones, en deleites y áreas de piel, en decoros y complejos.