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jueves, 4 de septiembre de 2008

la obesidad epidemia del siglo XXI



Los medios de comunicación nos bombardean con mensajes acerca del incremento alarmante de la obesidad en nuestro país y en otros países occidentales. Los organismos públicos responsables de sanidad ven con preocupación el que se haya triplicado, en los últimos 15 años, el número de niños obesos en todo el mundo. Por otro lado, las industrias farmacéuticas y de la alimentación nos inundan con productos para adelgazar, y esta últimas con productos densos en energía, para engordar (golosinas, aperitivos, hamburguesas gigantes, etc.).




Porque es que el ser humano engorda?, la respuesta es que el organismo humano, esta regido de una serie de patrones que regulan el apetito ante la necesidad de alimento que requiere el organismo, esto esta regido por las actividades, del organismo la cantidad de energia que gasta y la cantidad de energia que consume en los alimentos, este mecanismo regulador es el hambre, esta aprece cada vez que el organismo necesita nutrientes y es un mecanismo de pupervivencia, ahora, con la adquisicion de rutinas como los horarios de comida, este mecanismo queda desajustado, y con la abundancia de grasas en los alimentos y otros factores de contenido de nutrientes de los alimentos pude hacer que exista un desequilibrio en la energia gastada y la adquirida eso hace que se acumule grasa si es que consumimos mas de lo que gastamos entonces.




El hombre, o mejor, los mecanismos homeostáticos que regulan el peso corporal están preparados para el hambre, y reaccionan rápida y eficazmente ante la perdida de peso, sin embargo, parece que no detectan los incrementos de peso, es decir, no están preparados para la abundancia de alimentos, y esto lleva a la obesidad. Lo peor es que una vez que se desarrolla la obesidad, los mecanismos que controlan el balance corporal regulan ese nuevo peso aumentado, de ahí que cuando un obeso, hace una dieta hipocalórica, pierde peso, pero en el momento en que la abandona tiende a volver a su peso inicial aumentado.


¿A dónde nos lleva esto?
Creemos que el tratamiento de una enfermedad, evitable y multifactorial como esta y que implica una serie de alteraciones y enfermedades asociadas (diabetes, hipertensión, síndrome metabólico, etc.), no tiene un abordaje terapéutico sencillo y fácil, a pesar del arsenal de “remedios” que existen en el mercado. La modificación de los hábitos alimentarios y de actividad física parece que son estrictamente necesarios para el tratamiento de la obesidad, sin embargo, la mejor arma es la prevención.

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