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jueves, 21 de agosto de 2008

matrimonio entre dos personas del mismo sexo reflexiones

El matrimonio entre personas del mismo sexo

Veamos ahora como sociedad qué tipo de leyes tendremos. Cuando dos personas se casan lo hacen por muchos motivos, que no le compete al Estado evaluar. Por ejemplo, a nadie le hacen jurar que ama a su esposo o a su esposa, eso es algo que queda en el ámbito privado. Lo que importa al Estado son los efectos que ese matrimonio tiene: se les reconoce una relación de largo aliento, tienen derechos y deberes con la sociedad, el cónyugue sobreviviente tiene derechos sobre los bienes del cónyugue fallecido, y una serie de otros efectos.




Una persona puede decidir casarse con alguien a quién no ama. Puede decidir casarse con alguien malo, o alguien bueno. Puede casarse con un negro, un chino, un judío, un indio, un alemán, o quien quiera. Pero, si mantiene una relación con alguien de su mismo sexo, en muchos países, no puede hacerlo. Se dice que una pareja así no podrá procrear. Pero escuchen: a ningún matrimonio se le obliga a procrear. Una mujer sin útero o un hombre sin testículos se puede casar. ¿Por qué prohibirle a los homosexuales casarse entonces?





La única razón que queda es que a algunos no les gusta, y que dicen "dado que los heterosexuales somos más, tenemos derecho a imponer nuestro criterio a los homosexuales". ¡Qué estupidez! ¿Vamos a seguir con la lógica de prohibir algo, solamente porque nos parece mal?
La evolución de la sociedad

A lo largo de miles de años de evolución, hemos ido poco a poco ajustando nuestra forma de vida a nuevas condiciones. Pero la mayor parte del tiempo, lo hemos hecho con una lentitud extraordinaria.



Podíamos haberlo hecho más rápido. Hace 500 años estaba prohibido enseñar que la Tierra giraba en torno al Sol. Hace 300 años la esclavitud era perfectamente aceptable. Hace 200 años era impensable que las mujeres votaran. Hace 100 años en sudáfrica negros y blancos tenían derechos totalmente distintos. En el pasado, toleramos durante más tiempo que el necesario situaciones que ahora nos parecen inaceptables.

Ahora, tenemos la posibilidad de ignorar esas lecciones del pasado o aprender de ellas. No se acabó la democracia cuando las mujeres pudieron votar. No se desmoronó la economía cuando se liberó a los esclavos. No se destruirán las familias si permitimos que los homosexuales se casen entre sí. Sólo les habremos dado algo que ellos piden, que al resto no nos hace daño, y que es justo.

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